Los castellanohablantes somos temidos para la comunidad angloparlante. Los hablantes de la lengua de Shakespeare no tienen nada que hacer cuando se trata del inquebrantable avance de la lengua de Cervantes.
¿Qué dice este lunático? ¡Estás loco! ¿De qué estás hablando?, piensa el lector mientras interpreta esta publicación. ¿Y por qué lo estás pensando, lector?
Te diré por qué. Lo que lees está desprovisto de información eficaz. Hay entropía en la información y entre tú y yo no hay ningún referente común. Los elementos de la comunicación más fundamentales, como son el contexto común y el mensaje, se derrumban en esta entrada.
Te voy a dar la información que falta para que el titular tenga más sentido. El paradigma periodístico actual habría situado al principio de la publicación todo el contenido noticioso más esencial. Pero ha llegado la hora de un cambio de paradigma.
Justamente, los hablantes de inglés se alarman cuando ven los datos de los idiomas más empleados en Internet. ¡Y no es para menos! Hoy, más de 320 millones de usuarios en Internet utilizan el inglés como lengua de comunicación. Frente a esta cifra, el chino se sitúa en segundo lugar con 159 millones de usuarios, pocos para su demografía y poder. Es en el tercer puesto donde aparece nuestro idioma materno, el español, con más de 136 millones de usuarios.
Tenemos la grata fortuna de poder emplear el segundo idioma más hablado del mundo en hablantes maternos, tan solo superado por el chino en su variante mandarina.
Los angloparlantes nos temen porque nuestra demografía es más potente y porque, como precisamente apunta el Instituto Cervantes, los Estados Unidos de América será la nación con mayor número de hispanohablantes en el mundo dentro de tres generaciones. Los roqueños castellanoparlantes somos una bomba de relojería. Cojan las palomitas, la función ha comenzado.
Entre otros muchos factores tales como la demografía y la etnolingüística, el impetuoso avance del idioma español se debe a las Tecnologías de Información y Comunicación actuales. Disueltos los límites mundiales y la noción de espacio-tiempo, el elemento más complejo y primigenio de la comunicación, el lenguaje, contempla la espectacularidad del paisaje para acometer una aventura que atravesará sin tapujos el conocimiento de todas las comunidades del universo. Asia, África, América, Europa y Oceanía se preparan para algo enciclopédico: el afianzamiento del español como la lengua de lenguas de la comunicación global. Angloparlantes, estad atentos. El español no ha muerto, estaba de paseo por los rincones más recónditos de la Tierra. Solo eso, de paseo por el mundo.
Informa Jesús, para todo el planeta.