miércoles, 1 de abril de 2015

"Oh, Dios Zuckerberg"

En el post anterior os hablaba sobre la "Depresión de Facebook" o lo que es lo mismo, la envidia y la incapacidad de alcanzar cierto estatus que nos provoca ver fotografías o estados de nuestros "amigos". Pues bien, resulta que el gigante social Facebook ya ha encontrado la cura contra la depresión general.
Increíble.
Ha creado un mecanismo para eliminar esta enfermedad, donde los curanderos son los propios usuarios.
El proceso es el siguiente:
Si cualquiera de nosotros, vemos, intuimos, denotamos o diagnosticamos que por cualquier foto o comentario que suba a la red el sujeto "depresivo" puede tener tal enfermedad, lo comunicaremos a la empresa a través de un mensaje. No importa que seamos médicos, carpinteros, adiestradores caninos o incluso psicólogos.
Tras el aviso, la empresa le enviará al afectado el siguiente mensaje: "Hola, un amigo piensa que podrías estar pasando por un momento difícil y nos ha pedido que miremos tu último post"
A partir de aquí, el sujeto depresivo tiene tres opciones: Hablar con un amigo, recibir un consejo o solicitar el apoyo de expertos.

Desde mi perspectiva, dudo que alguien con un trastorno psicológico acepte la afirmación recibida por una máquina de que podría estar un "poquito" depresivo y mucho menos, recibir un consejo de Facebook. Algo así como que Marc Zuckerberg te envíe un mensaje personalizado del tipo "No te rayes Paco, mañana seria otro día".
Donde quedó el apoyo familiar, las amistades o quizás, un gabinete psicológico.

martes, 31 de marzo de 2015

Las redes sociales y su indiscrección

Hoy en día tener una cuenta en una red social o en varías es de lo más normal. Cualquiera tiene cuenta de Facebook, Twitter o Tuenti. Pero, ¿de verdad todos y todas conocemos los riesgos que estas entrañan? ¿Sabemos a ciencia cierta como circula la información que publicamos en nuestros muros?


En la actualidad los conocimientos informáticos por parte la población han aumentado de forma exponencial desde que internet está al alcance de todos los ciudadanos. No es tan difícil conocer a alguien que sabría como hackear un ordenador o página de internet, como conocer las contraseñas de alguna persona, controlar desde otra parte tu ordenador o investigar la cuenta de tu Facebook para conocer tus movimientos.

Las redes sociales se crearon como su propio nombre indica para socializar, es decir, tener algún tipo de relación con la gente a través de internet utilizando esas cuentas. Pero, ¿somos lo suficientemente responsables a la hora de utilizarlas?

Personalmente creo que se deben utilizar para comunicarse y poco más. Colgar la menor información de uno mismo, ya sean fotos, direcciones, cuentas bancarias, posesiones de cualquier tipo... Todo eso esta en la red circulando a la espera de que alguien se interese por conocerlo demasiado a fondo. Más a fondo de lo que a ti te gustaría.

Espero que después de leer esta entrada seas más cauto o cauta a la hora de publicar información en tu facebook y protejas tu intimidad.

Os dejo un vídeo donde todo esto que explico queda bastante claro:




domingo, 29 de marzo de 2015

La red profunda


Existe una red anónima que últimamente se esta volviendo mas famosa por su característica principal de guardar nuestro anonimato en la red esa; es la red TOR. La red Tor se utiliza de una forma parecida a las redes privadas virtuales o Vpn. Podemos acceder  a ella a través de su propio navegador llamado Tor Browser. Cuando estemos conectados a la red Tor nuestra IP será modificada por otra completamente distinta y el cifrado de conexión nos otorgara una navegación anónima por internet ya que nuestros datos viajan cifrados de punto a punto, pero a parte de eso también se modifican la ubicación de nuestra conexión, así como nuestra Mac del dispositivo que viene siendo el DNI de nuestra tarjeta de red. Pero si hay algo llamativo en la red Tor, aparte de poder navegar anónimamente por internet, es el poder acceder a la llamada Deep Web o internet profunda. La Deep Web o internet profunda es aquella por la cual no podemos acceder a través de nuestros navegadores de internet principales como Google Chrome, safari , o Internet Explorer. Se necesita obligatoriamente el uso de un navegador compatible con la red Tor. En la Deep Web existe todo tipo de información tanto legal como ilegal, así como virus troyanos y malware si no sabemos en qué sitio web nos estamos conectando, ya que para poder acceder a estos sitios se utiliza la hidden wiki, que viene siendo el índice de los sitios a donde  podemos conectarnos a la internet profunda ya que no existe un buscador como puede ser Google o Bing. El uso de la red Tor ha aumentado notablemente tras descubrirse el programa  espía en la red del gobierno norteamericano llamado PRISM de la NSA. Por todos estos motivos mencionados anteriormente debemos preguntarnos si estamos seguros en la red y si debemos de tomar conciencia de lo que hacemos y enviamos por ella.

viernes, 27 de marzo de 2015

¿Estamos seguros en la red?


Cada día que pasa los usuarios que utilizan internet tienen la sensación de ser espiados, las redes que utilizamos, que nos proporciona nuestro proveedor de internet  para  poder acceder a internet, pueden ser objeto de deseo por parte de los gobiernos: el poder acceder a la información que nosotros mandamos por internet para poder controlarnos y saber que hacemos en la red. Por esto mismo, muchos usuarios se están informando sobre cómo navegar de una forma segura en la red o de forma anónima; para eso, muchos usuarios instalan en sus ordenadores potentes antivirus que analizan nuestros PC , los archivos que instalamos, así como que las paginas web que visitamos no posean algún tipo de virus que se nos pueda instalar en el ordenador de forma maliciosa y espiar nuestro ordenador. Otra de las formas más seguras para poder navegar más seguro por internet son la instalación de extensiones en nuestros navegadores web que nos permitan conectarnos a las paginas web usando solo el protocolo HTTPS; este protocolo codifica toda la información que enviemos por internet. Por tanto, aunque exista alguien que recopile nuestros paquetes de datos este no podrá acceder a nuestra información al estar codificado. Actualmente, los usuarios más avanzados en informática, aparte de utilizar los consejos anteriores para navegar por internet,  utilizan las VPN que son redes privadas virtuales; estas redes actúan como intermediario en nuestra conexión logrando ocultar nuestra dirección IP, la cual nos identifica en internet cada vez que visitamos un sitio web, sustituyéndola por otra completamente distinta. Aparte de ocultar nuestra IP, las redes VPN tienen protocolos de seguridad para que la información que enviemos por ellas sea más difícil de espiar que una conexión normal con cifrado de punto a punto. Estas redes VPN podemos utilizarlas, por ejemplo, cuando nos conectamos a una red wifi pública y no queremos que el resto de gente que esté conectada a esa misma red wifi pueda acceder a nuestros datos.

jueves, 26 de marzo de 2015

Las aventuras del periodista Larry en América

Puerto de Yokohama, Japón. Eran las siete de la mañana cuando Larry embarcaba en un paquebote que por sus dimensiones, perfectamente y sin ningún impedimento, podría ser un buque portacontenedores. El sol estaba saliendo y hacía mucho viento, un viento tajante típico del Océano Pacífico. A Larry no le importaban ni un ápice esas condiciones climáticas, pues había pasado por situaciones peores. Larry era un viejo corresponsal del San Francisco Chronicle que acababa de cubrir una noticia sobre un devastador terremoto en Saitama. A Larry no le gustaban lo más mínimo las aviones, por eso viajaba en paquebote siempre que podía. El mejor amigo de Larry, tras los periódicos, era el mar.
Los padres de Larry eran españoles emigrados que durante los años del crack bursátil norteamericano se instalaron en la bahía de San Francisco. El trabajo de sus progenitores consistía en dar clases de español a los últimos integrantes de la tribu india hupa.
Los indios hupa querían aprender castellano porque les resultaba muy sonoro y gracioso el acento y la prosodia general. Los hupa que querían aprender español hablaban la lengua hupa, de la familia lingüística na-dené. Los padres de Larry conocían su idioma, de tal suerte que la comunicación era eficaz entre la pareja de emisores y los receptores.
Cuando Larry llegó a San Francisco, tras quince días de trayecto, se encontró con el mismo San Francisco que había dejado a su marcha meses atrás.
Veía cómo Sillicon Valley seguía influyendo en la configuración de la información de San Francisco. No podía ser de otra manera, Sillicon Valley es uno de los centros mundiales de información y tecnología. También veía que las industrias culturales y empresariales principales, como son Google, Apple, Amazon y Facebook, se repartían el pastel de los ingresos tecnológicos. Larry, que era un amante de España, enseguida comparó y llegó a la conclusión de que las ganancias de estos cuatro gigantes tecnológicos valían la misma cantidad que el Producto Interno Bruto (PIB) anual de España.
Larry seguía sabiendo la primera regla del periodismo: dar a la gente lo que ellos quieren ver. Y precisamente, Larry sabía que a la gente le gusta el morbo y lo trepidante. Incluso al propio Larry le gustaba el morbo, por eso leía el USA TODAY y veía boxeo en el MGM Grand Hotel & Casino de Las Vegas siempre que podía. No podía comprender que algunas personas invirtieran su tiempo en escribir en blogs aburridos, repetitivos, poco originales y con contenido poco morboso y cautivador. Tampoco lograba entender que hubiese gente a la que no le interesase nada de lo que ocurre en el mundo. Quizás esa gente estaba mermada por algún invento. Y, tal vez, para esa gente, Larry era un periodista loco. 

Informa Jesús, en primavera.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Hace apenas un año, saltaba a las principales cabeceras periodísticas la siguiente noticia: “EE.UU. nos espía a través de Google o Facebook”.
El debate estaba abierto. ¿Dónde está el límite entre la seguridad y la privacidad? ¿Es realmente un método preventivo ante el terrorismo o una forma sutil y no autorizada de control indirecto?
EL denominado programa PRISM permitía a la NSA conseguir cualquier tipo de información sin solicitarla a los proveedores y sin tener ningún permiso judicial.
Y yo me pregunto: si es esto posible, acceder a casi cualquier tipo de información de cualquier ciudadano, ya que hoy en día todo está en la red, ¿por qué no es utilizado para detectar el fraude fiscal? ¿A quién está permitido espiar y a quién no? Obviamente, cualquier persona con sentido común permitiría que se utilizara en contra del terrorismo y así lograr evitar acciones terroristas y salvar vidas pero, ¿solamente es utilizado con este fin?

La denominada “revolución de los datos” es un hecho en sí. Quien tiene acceso a los datos de millones de personas, está en posesión de un instrumento con incalculable valor. La publicidad personalizada nos “peta” el ordenador o el móvil a diario. La libertad que nos ha sido dotada gracias a la revolución de las comunicaciones, a la era digital, está siendo contrarrestada con la revolución de los datos, en manos tanto de empresas como de Gobiernos.
Un informe de la AIMC (Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación) revela que un 52,8% de españoles que navegan por Internet están muy preocupados por el control del gobiernos de sus actividades en la red y un 58% considera la publicidad el principal problema de la navegación.
Entonces, ¿preferimos realmente este control excesivo en Facebook de una persona corriente o las búsquedas que realizamos diariamente en Google? ¿Dónde está el límite que señala que alguien debe o no ser espiado?
Habrá opiniones de todos los gustos, pero lo que es evidente, es que es un tema de control civil y social. Mirándolo desde la perspectiva ciudadana, es un paso atrás en materia de libertades. Y conforme la revolución tecnológica va avanzando hasta hacerse prácticamente con la totalidad de los servicios diarios, la búsqueda por el control y el poder que da la información va en aumento.
Ian Bremmer, presidente y fundador de Eurasia Group dice así: “En Internet, nadie sabe si eres un perro. Ahora los Gobiernos saben qué clase de perro soy, cuándo salgo a pasear y cuál es mi marca favorita de comida para perros.”


martes, 24 de marzo de 2015

Los angloparlantes nos temen

Los castellanohablantes somos temidos para la comunidad angloparlante. Los hablantes de la lengua de Shakespeare no tienen nada que hacer cuando se trata del inquebrantable avance de la lengua de Cervantes.
¿Qué dice este lunático? ¡Estás loco! ¿De qué estás hablando?, piensa el lector mientras interpreta esta publicación. ¿Y por qué lo estás pensando, lector? 
Te diré por qué. Lo que lees está desprovisto de información eficaz. Hay entropía en la información y entre tú y yo no hay ningún referente común. Los elementos de la comunicación más fundamentales, como son el contexto común y el mensaje, se derrumban en esta entrada.
Te voy a dar la información que falta para que el titular tenga más sentido. El paradigma periodístico actual habría situado al principio de la publicación todo el contenido noticioso más esencial. Pero ha llegado la hora de un cambio de paradigma.
Justamente, los hablantes de inglés se alarman cuando ven los datos de los idiomas más empleados en Internet. ¡Y no es para menos! Hoy, más de 320 millones de usuarios en Internet utilizan el inglés como lengua de comunicación. Frente a esta cifra, el chino se sitúa en segundo lugar con 159 millones de usuarios, pocos para su demografía y poder. Es en el tercer puesto donde aparece nuestro idioma materno, el español, con más de 136 millones de usuarios.
Tenemos la grata fortuna de poder emplear el segundo idioma más hablado del mundo en hablantes maternos, tan solo superado por el chino en su variante mandarina.
Los angloparlantes nos temen porque nuestra demografía es más potente y porque, como precisamente apunta el Instituto Cervantes, los Estados Unidos de América será la nación con mayor número de hispanohablantes en el mundo dentro de tres generaciones. Los roqueños castellanoparlantes somos una bomba de relojería. Cojan las palomitas, la función ha comenzado.
Entre otros muchos factores tales como la demografía y la etnolingüística, el impetuoso avance del idioma español se debe a las Tecnologías de Información y Comunicación actuales. Disueltos los límites mundiales y la noción de espacio-tiempo, el elemento más complejo y primigenio de la comunicación, el lenguaje, contempla la espectacularidad del paisaje para acometer una aventura que atravesará sin tapujos el conocimiento de todas las comunidades del universo. Asia, África, América, Europa y Oceanía se preparan para algo enciclopédico: el afianzamiento del español como la lengua de lenguas de la comunicación global. Angloparlantes, estad atentos. El español no ha muerto, estaba de paseo por los rincones más recónditos de la Tierra. Solo eso, de paseo por el mundo.

Informa Jesús, para todo el planeta.